Es lo primero que hay que hacer. Limpiar el polvo, que caigan al suelo todas esas motas negras que aparecen por generación espontánea, únicas, indivuales. Con el tiempo van formando una fina capa de suciedad que se incrusta en nuestros muebles a no ser que lo vayamos limpiando con frecuencia.
Es fácil limpiar el polvo diariamente. Es dificilísimo limpiar ese polvo si lleva 7 años y 7 meses acumulándose sin que uno lo sepa, y, de repente se ve rodeado de mierda.
Uno ha intentado siempre mantener limpia la casa, incluso la ajena. Mejor dicho, sobre todo la ajena. Me he preocupado tanto por el polvo, que sin querer, me he transformado en él, y como tal, me han limpiado, sin avisar, sin tener la culpa de haber caído encima de una estantería, mejor dicho, encima de una muñeca, una muñeca que, como decía Bécquer, dice que tiene corazón porque se mueve y hace ruido.
A esa muñeca, le han cambiado las pilas, y con el movimiento, tiró todas las motas de polvo que se le habían acumulado, sí, a mí incluido. Las tiró, las dejó atrás, como si nunca hubieran existido. No hace falta una razón, ¿no?, el polvo ni siente ni padece. El polvo es para barrerlo. No solo para barrerlo, sino para enfadarse con él, echarle en cara que antes de separarse para siempre, quiere recuperar parte de su pasado, recuerdos de antes de ser reducido a una incordiosa partícula a la que ningunear y despreciar. ¡Ay...Qué agobiada se encuentra la muñeca! Tan agobiada que ya olvidó cómo apareció esa mota en su vida. Una mota que dejó todo atrás, o al menos mucho más lejos, porque nunca lo dejó del todo, para compartir sus vidas, sus miedos y sus ilusiones, antes de convertirse, uno en mota, y la otra en muñeca.
Mota, motita...júntate con otras como tú, toma cuerpo, crece...No te van a poder limpiar. Da igual los trapos que usen...La mitad son tuyos y esos no te van arrastrar, no te van a hacer desaparecer. Te van a recoger, a proteger, hasta que te recompongas. Luego ya se los podrás echar encima a la muñeca, para taparla, para cubrirla, para no verla más. Y cuando a la muñeca le llegue la energía de las pilas a la cabeza, tú ya estarás lejos, tan lejos que te dará igual lo que pueda decirte esa muñeca. Eres una mota de polvo, no te gustan las muñecas, no te gusta que te barran, que te limpien, que te desprecien.
"Estas son nuestras armas" -dijo el trapo a la muñeca- "Esas son vuestras mierdas" - Le dijo la mota a la muñeca.
-"Choose your future, choose life"- Trainspotting
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